Todas aquellas jóvenes vidas se van perdiendo en ese mundo que se crean cada uno en Facebook, como el joven de diecisiete (17) años de edad al que solo con ingresar a este sitio web por experimentar, se convirtió en una persona sin metas y aspiraciones, gracias al exagerado tiempo que le dedica a su cuenta de Facebook, pasando días y noches enteras frente a su computador, sin recibir alguna de las tres comidas diarias necesarias para su cuerpo y sin asearse, tornando su cuerpo a un aspecto físico muy parecido a aquellos adictos consumidores de diferentes tipos de droga.

Este joven desperdicia su tiempo actualizado cada dos minutos la página de noticias recientes de su Facebook, abriendo cualquier cantidad de aplicaciones que existen, solo para saber de qué se tratan, y dedicándose a avanzar hasta el último nivel de cada uno de los juegos que más le llaman la atención. Su familia preocupada por su salud y rendimiento académico, decide pedir consejos a un psicólogo del que recibieron el comentario de limitarle el uso de la internet y su computador con el motivo de disponer de tiempo para su actividad académica, cuidado de su salud y otras distracciones diferentes a esta adicción que acaba con su vida; y así irlo separando poco a poco de el sitio web que lo envicia.