lunes, 12 de noviembre de 2012

La tecnología, la internet y los diferentes sitios web, a pesar de destacarse por su gran aporte a nivel mundial, principalmente por hacer cada vez mas fáciles varios tipos de actividades, y toda la información que esto facilita con un solo click. Desafortunadamente ha llegado a ser manipulada por los delincuentes de los que se debe tomar precaución, al igual que se debe prevenir caer en este mundo de la web social como una adicción. Ninguno de los avances de la cotidianidad es malo, pero como todo en exceso es malo, solo hay que saber darle un buen uso a lo mencionado.


A pesar de que es difícil encontrar el autor de un delito ocurrido por medio de la internet, no es cierto que no haya nada qué hacer. “es un trabajo de muchos y cada uno de su propio lugar, debemos pensar, cada vez que hacemos un send o colgamos algo en internet, si no estamos desplegando información que nos ponga en riesgo a nosotros o nuestros conocidos”. Indicó Facundo Malaureille Peltzer, abogado especialista en seguridad de la información.[1]

Debido a lo mencionado anteriormente, es necesario para todas las personas relacionadas con sitios web de este tipo, estar informados de las diferentes situaciones ocurridas, y durante el uso de estas, mantenerse precavido de los actos delincuenciales a los que pueden ser sometidos por la falta de información de cómo usar estos sitios web con seguridad frente al mundo que hace parte de esto.

Igualmente, los padres de familia deben estar pendientes de las actividades que sus hijos realizan en internet, gracias a que son quienes corren mayor riesgo, por ser los que usan con más frecuencia su computador junto con la internet para ingresar a todos los sitios web que están a su alcance para incrementar su vida social a partir de aquellos perfiles nuevos de quienes les interesaría ser amigos sin importar realmente quienes son.




[1] El mal uso de la red social la convierte en peligrosa. Diario “La Nacion”. Buenos Aires, Argentina. Mayo de 2010

Como lo ocurrido a una joven de diecinueve (19) años de edad, estudiante de arquitectura en la Pontificia Universidad Javeriana, el pasado diecisiete (17) de septiembre del año dos mil nueve (2009), en su propio apartamento ubicado en el barrio Quinta Paredes en el occidente de la ciudad de Bogotá.
Ana María Chávez Niño, al permitir el ingreso a su vida de dos hombres totalmente desconocidos, abriéndole las puertas a su perfil de Facebook, por el medio que adquirieron la confianza de la joven, tomando como ventaja un gusto que tenían en común por la música. Hasta que llegaron a que la talentosa cantante con nombre artístico “Ana Cha”, les abriera también las puertas a su apartamento.

Este día la joven recibió a los dos hombres en su apartamento ignorando las intenciones que ellos tenían al ir a visitar a su amiga de Facebook, fue entonces cuando a aquella joven le quitaron la vida asfixiándola en el piso de su apartamento, al parecer por haber despertado minutos después de recibir un golpe en su cabeza por no querer ingerir una cerveza que le habían ofrecido, tal vez con algún tipo de sustancia que la privara durante el tiempo necesario para estos hombres poder robar los objetos que finalmente se llevaron.


Los hombres estaban enterados de cada actividad que realizaba Ana María, por sus publicaciones en Facebook, pero olvido informar de las cámaras de seguridad que vigilaban el edificio donde se encontraba su apartamento, lo que hizo que los hombres no tuvieran precaución de éstas, y el hermano mayor de la joven lograra mediante aquellos videos, en tan solo cinco (5) días, con la ayuda de las amigas de su hermana fallecida, encontrar a los asesinos.

Gracias a los videos del edificio donde quedaron registrados completamente los dos hombres, y que Ana María les permitió la entrada, su hermano Juan Camilo empezó a buscarlos entre los contactos de Facebook de Ana, porque si ella los conocía, sin duda harían parte de sus amigos en Facebook. Y así como fue fácil para ellos robar y asesinar una inocente joven, empezando por ubicarla en Facebook, también fue sencillo para el hermano de la joven, encontrar a los asesinos, aunque uno de ellos no tuviera su verdadero nombre en su perfil, fue el más fácil de seguir, gracias a su adicción por Facebook donde todo lo publicaba, mostrando cada vez más obvio el robo hecho a Ana María.[1]

Según Sol Amaya en el diario La Nación, ya hay más de cuatrocientos millones de usuarios en Facebook[1], pero esta estimación no nos da a conocer cuantas personas han creado una cuenta en este sitio web con su verdadera identidad o sin malas intenciones con los contactos que agregan sin tener algún amigo en común.